Vivo en Atlántida hace más de 25 años, casi todos los días de mi vida, en las cuatro estaciones, más allá del clima, comienzo el día caminando a orillas de las playas de Atlántida, Uruguay. Es levantarme y una atracción me lleva a la costa, a conectarme con ella y la naturaleza costera, es algo que reconforta mi ser.
De esas caminatas, de esa conexión y aprendizaje, de ese día a día fue que el arte despertó, ciertas maderas que llegan a la orilla me llamaron la atención, por sus formas, su tallado. Son maderas con historias, árboles que pasaron a ser restos de naufragios, de distintas construcciones, algunas llevan décadas erosionándose, puliéndose con los elementos de la naturaleza, el río, el mar, el sol, la arena, los distintos fondos. Por eso ninguna pieza es modificada en las obras qué realizo, cada una es utilizada como salió a la orilla. Luego de que comencé a realizar las obras me entero que existe una corriente de arte en el mundo llamada Driftwood, maderas a la deriva.
Actualmente algunas obras están exhibidas en Atlántida y Montevideo, existen proyectos confirmados de más exposiciones, también realizo charlas y actividades en instituciones educativas y otros ámbitos acerca de cuidado medioambiental costero.
Gracias por estar ahí y ser parte.
